Es momento de crisis, creo que
lo pedí para A. y se me ha concedido, afectándome y a mi entorno. Es una
crisis controlada que insta a la acción. Todo puede arreglarse y así se hará, pero
el estrés y el malestar afectan los pensamientos y el libre transcurso de mis
momentos. Me duele el cuerpo, me duele el pecho --ese dolor que es tanto
emocional como físico--, me falta el aire.
Decido que si de esta pequeña
crisis no hay cambio, realmente me iré de C. a otro lado, buscaré otras
opciones para crecer. Dejaré una vez más que Dios me guíe hacia un lugar seguro
para triunfar como lo he pedido. Pido toda la ayuda a Dios para que puedan
seguirme mi mamá y mi hermana.
No me sobra el tiempo. Y aún así
me daré tiempo para mí mismo.
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