Me siento embelesado por la belleza, ansío un hedonismo utópico,
pero sometido a la disciplina de mi creatividad, no lleno de flojera, sino de
trabajo, sin embargo, placentero necesariamente. Es lo que ansío. Me siento
enamorado, reconozco un patrón pues en en octubre cuando me enamoro de algo,
alguien, todo o nada. Así van tres años consecutivos igual. Hoy lo siento en mi
cuerpo y este enamoramiento me propicia e impulsa a la búsqueda de mi alma
gemela. "Alma gemela, ¿Dónde estás? Te siento cerca, cada vez más. Te
buscaré hata encontrarte, porque sé… sé que tú también estás buscandome."
Así lo siento y así alimento mi ilusión de que estoy cerca, de que mis deseos
se cumplirán (como siempre ocurre) pero ahora más firmemente. Contundentemente.
Finalmente. Definitivamente. Y sigo enamorado, y mientras sigo ansiando vivir
feliz, relajado, divertido, inspirado, lleno de amor, colmado en mis deseos
emocionales, mentales y carnales. Satisfecho. Creciente como persona, pensante,
creativo hasta el fin, hasta el tuétano, hasta las últimas consecuencias, hasta
el último pelo, hasta siempre, inspirado y siendo fuente de inspiración. Así
ansío, así me veo, así soy, así quiero estar.
Escribo esto en el cubículo de mi trabajo, oyendo el teclear
de mis compañeros cumpliendo con su deber… mientras yo sigo alimentando mis
ilusiones, sueños, ideales y tramitando mis deseos con Dios, el que me ama en serio
y cumple mis solicitudes, tarde o temprano.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario