miércoles, marzo 09, 2011

Soy sensible, más de lo que creía.


Descubro, como cada día, cosas interesantes de mi ser. Hoy comprendo que en efecto, soy un ser sensible. Siempre lo he sabido, pero me doy cuenta, al comprender a otros seres humanos que mi sensibilidad es más alta, y va en todos los sentidos, pues no sólo resiento más que otros el calor del sol sobre mi piel, por ejemplo, sino que a nivel espiritual soy capaz de oír los pensamientos de los demás, cuando estos son muy fuertes, no los oigo como palabras, sino como intenciones, si contienen mucha alegría, mucho desconcierto, mucho odio, o mucho amor, descubro fácilmente la mentira por esta razón. Además mi sensibilidad también es extrema a nivel emocional pues reconozco que sí me puede hacer llorar un comercial de TV, o un titular del periódico. Puedo enamorarme muy profundamente y muy rápido, esto es un punto esencial, porque descubro que no soporto el dolor emocional, no soporto los juegos, no me gusta que me lastimen, y al parecer nunca me ha gustado, por eso he rehuido tanto tiempo de manera casi inconsciente de las relaciones sentimentales. Es franca supervivencia: si lastima, huyo y ya. Hoy puedo asumir esta característica de mí. Realmente me gusta, porque me gusta sentir, no puedo más ser gris ni entumecer mis sentimientos, mis sentidos y mi energía. Me gusta conectarme con el universo y ser tocado por los elementos, descubrir los colores del entorno, de las personas, de las cosas y dejar mi sensibilidad brotar. Me gusta. Aunque no me gusta sufrir. Sin embargo, eso me trae nuevos aprendizajes. A ver qué más descubro de mí…

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