
No pude acercarme a ti porque mi amigo me pidió que no lo hiciera, y accedí por lealtad, porque sabía que él había gastado su dinero para ayudarte a venir y sabía que tu tenías mucho que agradecerle, y aunque me moría por tocar tu piel, por sentir tus labios, sabía que desde que llegaste tu objetivo era él, pero luego me conociste… y yo también te conocí.
Cuando te abrazaba sentía cómo mi cuerpo se desvanecía, el aroma de tu cabello me obligaba a acercarme a ti y a abrazarte, tomar tu cintura era como ser bañado en corriente eléctrica, y al final mi corazón latía como desesperado, pero cuando tú me abrazabas era la gloria, añoraba en ese momento arrancarte tu ropa y poseerte como el más grande tesoro… cuando te fuiste, morí por tenerte cerca aunque sea un minuto más.
Cuando supe que te entregaste a él como ustedes tenían planeado desde el principio mi corazón volcó… aunque sabía que tenía que suceder, no pude evitar sentirlo.
No me correspondía sentir nada por ti, desde el principio tú eras para él… pero cuando me viste, justo después de entregarse, tu semblante cambió y tus manos se pusieron frías, lo supe… también sentías lo mismo por mí, y entonces me lo dijiste… pero era muy tarde, ya había ocurrido lo peor, y no se podía volver el tiempo atrás.
Huiste lejos; obtuviste lo que querías y te alejaste. No me miraste a los ojos. No me dijiste ni siquiera adiós, sólo agitaste tu mano en el gesto universal de despedida… cobarde.
Cuando te abrazaba sentía cómo mi cuerpo se desvanecía, el aroma de tu cabello me obligaba a acercarme a ti y a abrazarte, tomar tu cintura era como ser bañado en corriente eléctrica, y al final mi corazón latía como desesperado, pero cuando tú me abrazabas era la gloria, añoraba en ese momento arrancarte tu ropa y poseerte como el más grande tesoro… cuando te fuiste, morí por tenerte cerca aunque sea un minuto más.
Cuando supe que te entregaste a él como ustedes tenían planeado desde el principio mi corazón volcó… aunque sabía que tenía que suceder, no pude evitar sentirlo.
No me correspondía sentir nada por ti, desde el principio tú eras para él… pero cuando me viste, justo después de entregarse, tu semblante cambió y tus manos se pusieron frías, lo supe… también sentías lo mismo por mí, y entonces me lo dijiste… pero era muy tarde, ya había ocurrido lo peor, y no se podía volver el tiempo atrás.
Huiste lejos; obtuviste lo que querías y te alejaste. No me miraste a los ojos. No me dijiste ni siquiera adiós, sólo agitaste tu mano en el gesto universal de despedida… cobarde.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario