
Hace poco tiempo vi la película Navidad S.A. en el que se hace un nuevo acercamiento a la leyenda anglosajona del Santa Clós, pero en el contexto mexicano (de hecho como yo lo viví práctiamente durante toda mi infancia). ME conflictué algo por el hecho de ser la primera película mexicana que veo que enaltece una costumbre de origen religioso y que no tiene referentes en México anteriores a la era moderna.
Pero como lo he dicho, yo sí lo viví como parte de mi cultura personal durante toda mi vida… Yo sí creí en Santa Clós y viví con él momentos llenos de magia y esperanza. Además encontré en el cuento de Charles Dickens el reflejo más claro sobre lo que la magia de origen religioso con el católico San Nicolás se había generado.
Hoy he sentido como hace mucho no sentía: Ha llegado el espíritu de la Navidad… una misteriosa alegría mezclada con nostalgia y esperanza ha abrazado mi corazón. Así se siente la navidad, huele a canela, a clavo, a pan horneado, a galleta, a gengibre, dulce, se siente cálida como un abrazo, es como una vela encendida con una increíblemente brillante luz, cálida y reveladora en una habitación oscura y fría. Llena las cosas de magia y es una magia que se permite vivir, porque ¡Ay Dios Mío! Hasta la magia natural está discriminada en estos tiempos… Sin embargo, en Navidad sí se cree en la magia y no se teme por ello, ni al ridículo, ni a la decepción, porque la verdad es que la magia sí existe al igual que existe el espíritu de la Navidad…
Milagros, multiplicación de panes, generosidad incomprensible, transformación de los necios, armonía y convivencia, música, amor, lágrimas de alegría, abundancia, riqueza y muchas bendiciones, muchos más milagros, incluso de salud, los enfermos curan, la esperanza crece y transforma los entornos, así se quedan y estamos en una nueva era de la navidad, una navidad auténtica, real.
Gloria a Dios en las alturas y en la Tierra paz a los hombres de buena voluntad y paz a los hombres de mala voluntad, para que su voluntad se trasforme y se unifique en sintonía con el Universo.
Mientras escribía esto, vi por la ventana un globo rojo con una carta atada al cordón… y sonreí… yo también creo que Santa traerá muchos buenos regalos.
Gracias Santa. Gracias Dios.
Pero como lo he dicho, yo sí lo viví como parte de mi cultura personal durante toda mi vida… Yo sí creí en Santa Clós y viví con él momentos llenos de magia y esperanza. Además encontré en el cuento de Charles Dickens el reflejo más claro sobre lo que la magia de origen religioso con el católico San Nicolás se había generado.
Hoy he sentido como hace mucho no sentía: Ha llegado el espíritu de la Navidad… una misteriosa alegría mezclada con nostalgia y esperanza ha abrazado mi corazón. Así se siente la navidad, huele a canela, a clavo, a pan horneado, a galleta, a gengibre, dulce, se siente cálida como un abrazo, es como una vela encendida con una increíblemente brillante luz, cálida y reveladora en una habitación oscura y fría. Llena las cosas de magia y es una magia que se permite vivir, porque ¡Ay Dios Mío! Hasta la magia natural está discriminada en estos tiempos… Sin embargo, en Navidad sí se cree en la magia y no se teme por ello, ni al ridículo, ni a la decepción, porque la verdad es que la magia sí existe al igual que existe el espíritu de la Navidad…
Milagros, multiplicación de panes, generosidad incomprensible, transformación de los necios, armonía y convivencia, música, amor, lágrimas de alegría, abundancia, riqueza y muchas bendiciones, muchos más milagros, incluso de salud, los enfermos curan, la esperanza crece y transforma los entornos, así se quedan y estamos en una nueva era de la navidad, una navidad auténtica, real.
Gloria a Dios en las alturas y en la Tierra paz a los hombres de buena voluntad y paz a los hombres de mala voluntad, para que su voluntad se trasforme y se unifique en sintonía con el Universo.
Mientras escribía esto, vi por la ventana un globo rojo con una carta atada al cordón… y sonreí… yo también creo que Santa traerá muchos buenos regalos.
Gracias Santa. Gracias Dios.
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