Recuerdo muy bien, hasta hace un par de años, yo tenía un hogar, yo llegaba de noche de la escuela o del trabajo o de paseo o de donde fuera y me acostaba en mi cama, me tomaba un vaso de agua libremente y veia las peliculas que yo quería, comía lo que yo quería, guardaba todos mis libros y juguetes, que leía y releía a placer, pintaba y creaba a placer, me encerraba y cantaba a todo pulmón las canciones que me gustaban y que yo sabía que no significarían ruido para los vecinos por su belleza, y tenía el placer de disfrutar el cuidado de mi mamá que me preparaba todo lo que yo quisiera y con quien tenía las conversaciones más hermosas y edificantes para la mente y el alma que he tenido en mi vida, todos los días. En esa época me sentía en mi hogar, vivía en mi hogar, tenía mi hogar...
Pero un día decidí salirme, sabía que iba a sufrir algo porque no tendría más el hogar que ya tenía, que no iba a tener lo mismo, pero pensaba que tendría algo parecido, esperaba con toda mi fe que podría construir yo mi propio hogar desde la infraestructura real hasta todo lo que dentro se lleva.
Hoy sólo han pasado tres años y estoy viviendo en una casa donde tengo muchas cosas que siempre soñé, como espacios amplísimos en recámara, baño, cocina, patio, alta tecnología en audio y video, aquí tengo internet y equipo de cómputo disponibles, dos perros hermosos y que me aman, tengo el cariño de las personas que viven conmigo que son los dueños reales del lugar, porque al final de cuentas no es mi casa, y aunque ellos quieran, esto no es mi hogar. No lo es porque no tengo libertad real, no tengo plena libertad de lo que quiero hacer, ni de lo que debo hacer. Estoy atado a deberes, a obligaciones, a fórmulas económicas, a eventos sociales que no me interesan pero debo cumplir (que no me molestan, pero acepto que por gusto propio mejor leería, pintaría o escribiría o aprovecharía el tiempo de otro modo).
Y cuando pretendo regresar a mi hogar original me encuentro con que mi madre es otra persona, que mi espacio está ultrajado, que se adaptó a otros estilos, que no tiene mi aroma ni mi alma, aunque tiene mis cosas. Y me doy cuenta de que vivo sin hogar... Gracias a Dios tengo casa, en donde estoy y en donde estaba, y si le busco, en donde sea... pero no tengo hogar real. Y pretendo construir uno, hago como que no me doy cuenta y me relajo como en mi hogar en donde vivo, o en donde trabajo o en la calle, porque no encuentro un lugar íntimo para hacerlo, me siento vagabundo... y creo que debo buscar uno, pero quiero salir de donde estoy, no para sufrir penurias, eso nunca, sino para encontrar todas las comodidades que tengo y más, pero en mi propio hogar.
¿Donde esta? ¿Donde es?
No hay comentarios.:
Publicar un comentario