miércoles, octubre 06, 2010

Forma y contenido de las personas


Tengo un cuerpo, que es hermoso dicen… bueno, es verdad, así es (y me río de mi falta de modestia, cuando hablo conmigo mismo en este texto). Basta falsa modestia. Tengo un rostro, que me representa, que la gente aprendió a respetar y reconocer como estandarte de características que me identifican individualmente, como mi personalidad, mis ideas, filosofías, humor, etc. Tengo una voz, con ciertas cadencias, tonos y características. Tengo un fabuloso molde que almacena todo lo que soy y se da a mi entorno. No envejece, madura, se hace mejor porque así lo decido. Sin embargo me doy cuenta de que todos los demás tienen uno particular, que no necesariamente es el mejor contenedor de sus cualidades y defectos, pero cada quien lo va adaptando consciente o inconscientemente a su propia alma.

Reconozco que hay personas, cuyos cuerpos son realmente fabulosos y hermosísimos recipientes esculpidos por la naturaleza en forma, textura y color, pero que no corresponden con lo que reflejan en personalidad al exterior, pues veo que hay otras personas, quienes merecerían más tener esas características físicas.

Así voy aprendiendo por curiosidad, morbo, observación y por tesis personal a entablar contacto con las personas buscando su personalidad más allá de lo que muestran y son corporalmente. Reconozco que es algo nuevo en mí. No me había dado permiso de identificar por separado ambas partes, pues siempre que he tenido contacto con los demás, los he conceptualizado como un todo, un conglomerado de características físicas, emocionales, mentales y energéticas. Pero ahora puedo decir, y de hecho ya lo he comprobado varias veces, cuando un cuerpo y una personalidad no encajan. Cuando alguien es mucho más o mucho menos de lo que su cuerpo dice.

También es verdad, como dije en el inicio de este post, que el cuerpo se va adaptando a lo que el individuo decide de manera consciente o inconsciente, y eso se puede comprobar al descubrir personas que parecen hermosas y con el tiempo se hacen más atractivas pues de hecho son personas atractivas, seguras y amantes de sí mismos y de su entorno… Lo mismo ocurre en lo opuesto, con las personas que tienen cuerpos atractivos, pero con el tiempo se deterioran por su baja autoestima, sus resentimientos y oscuridades internas. Todo se refleja, nada es oculto en realidad.

Y por lo pronto es un placer encontrar a gente cuya belleza, en muchas ocasiones sorprendente y rotunda, aunque no necesariamente concordante con estándares canónicos comerciales, es moldeada día con día acorde con su coincidente bella alma.

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