
Reconozco a la gente con la que me siento seguro, reconozco los lugares donde me siento a gusto. Me doy cuenta de que yo tengo raíces en personas, en formas de ser, en temas de conversación, en cotidianidades que se convierten en situaciones de confort.
Creí que me gustaba el cambio, lo novedoso, la osadía y la aventura… ¿Será que me estoy haciendo viejo?
Creo que estoy madurando, pero no en un sentido de abstracción de la vida, de dejar de querer vivir, de asentarme, como pudiera entenderse, sino, más bien descubro que he llegado a niveles de complejidad y control que antes no conocía… Ahora las aventuras las tomo con menos riesgo, con un margen de riesgo controlado. Cuido más lo que soy y lo que quiero, estoy más definido que antes.. eso es… soy algo definido… aunque no me gusta para nada la idea, es la verdad.
Chin! Ahora tengo que observarme y ver cómo soy, cómo estoy definido… qué tipo de individuo soy. Y con base en ello redefinirme nuevamente… No me gusta la idea de ser predecible… Aunque huya del terror a la incertidumbre… tengo que enfrentarla… porque eso es lo que viene con la indefinición o la redefinición… ¿Será que tengo que vivir la incertidumbre?... Bueno, veamos bien ¿Qué es lo que voy a redefinir? Porque tal vez simplemente puedo cambiar cosas sencillas, controladas.
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