jueves, septiembre 17, 2009

Tranquilo como árbol


Estoy tranquilo, estoy tranquilo, no me distraigo, no lloro, aunque mi garganta se deshace en nudos, debería hacerlo, pero no encuentro razones. LAs tengo pero no las veo, las oculto de mí mismo, que terrible. Y me digo que estoy tranquilo, y me procuro algo de paz, algo de tranquilidad, algo de esperanza. La necesito, necesito la esperanza para poder seguir porque me estoy muriendo, me veo al espejo y sé que lo que veo es maravilloso, pero lo que siento es digno de salir corriendo, hay dolor, hay angustia, hay demasiado, hipersensibilidad. Y mi muerte no es física (aunque me hayan hecho creer que ésta es garantizada, no lo es), sino anímica. Absorbo los temores de los demás para poder seguir adelante, para que no teman y continúen, y así dame seguridad de que todo mi entorno está bien, pero no sé que hacer con la carga, no sé, siquiera si de verdad libero mi entorno, absorbiendo como árbol el humus y convirtiéndolo en nutrientes.

Soy un árbol, y estoy tranquilo, estoy bien, estoy cuidado y cultivado, soy amado y veo el mundo girar a mi propio tiempo. No es necesario más que lo necesario, pero Dios me da mucho más porque se lo pido así y me consiente. Necesito esperanza. Necesito soñar y llorar de alegría todos los días, hace mucho que no lo hago… lo necesito…

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