ROSA: La guerra de los colores

Por muchos años he evitado el color rosa. Es conocido que, de verdad, este color posee un estigma social. No soy una persona que desdeñe la diversidad en cualquiera de los rubros que el universo ofrece, y mucho menos en materia de la simple (y compleja a la vez) frecuencia cromática. Sin embargo he de reconocer que el color ROSA siempre lo he vivido como algo tabú. Como un chiste al que no hay ni que voltear a ver, como un error cromático que al ser tomado en cuenta revela todos los secretos que yo he querido esconder. Ha sido vergonzoso, ajeno, desconocido... hasta hoy... Hoy descubro explorando la página de Flickr que me gusta el color rosa...

Me he dado permiso de ver esta croma más allá de sus añadiduras estigmáticas y reconocer sólo la sensación que me produce en el cuerpo y el alma... Me di chance de solo disfrutar el color y encontrarle su auténtico sabor... y me gustó. Me dejé caer hasta el fondo y llegué a un lugar agradable.

No estoy apelando a la jotería o mariconez ni a la cursilería ni siquiera a la femineidad... atributos que entre otros se han atribuído al ROSA. Estoy hablando del color, de la frecuencia cromática, de la vibración electrónica liberada en fotones que genera ese particular tono.